lunes, 23 de mayo de 2011

Presentación en la XI Semana de la Cultura Mixteca de libro sobre Tecomaxtlahuaca


Con motivo a la presentación del más reciente libro del Dr. Josué Mario Villavicencio en la XI Semana de la Cultura Mixteca que organizo la Universidad Tecnológica de la Mixteca en Huajuapan. Recibí la amable invitación de la Lic. Reina Ortiz para fungir como comentarista al texto. Por supuesto que participar en este importante  espacio de  difusión cultural es algo que me interesa notablemente  por lo que este 23 de mayo me traslade desde Tehuacán a Huajuapan y de regreso para compartir la mesa con la Mtra. Ma de los Angeles Ojeda, la Dr. Ma. Luisa Acevedo  Conde y el autor.
Empezamos a eso de las 5:15 de la tarde  y en la segunda intervención, que me correspondió, compartí estas breves apreciaciones:
Buenas tardes  a todos.  amable auditorio.
Quiero agradecer a los organizadores de este evento por la amabilidad  de su invitación,  con particular atención a la Lic. Reina Ortiz.
 A nuestra moderado Mtra. Ma de los Angeles Ojeda
Expresar que es un enorme placer compartir la mesa con la Dr. Ma. Luisa Acevedo
Y por supuesto con el Dr. Josué Mario a quien agradezco por permitirme  hacer esta apreciación a su trabajo.
Estos comentarios de mi parte se inscriben en la noble tradición oaxaqueña de la correspondencia, yo le debo al Dr. el estudio introductorio que realizo a mi libro hace ya casi 4 años,  y de esta manera agradezco y correspondo.
Pero vamos de  lleno al asunto que nos ocupa.
Luego de una primera lectura a “Caciques de antaño. Conflictos por límites de tierras en Tecomaxtlahuaca”, me surgieron un par preguntas:
Bueno ¿y qué utilidad para la ciencia y el conocimiento  podría tener conocer un conflicto agrario entre dos pueblos de la mixteca oaxaqueña?.
A excepción de los vecinos de la región. ¿Quién más podría interesarse en esta información?.
Incluso, me dije. Pareciera que los historiadores de la mixteca actual  seguimos inscritos en la muy antigua tradición de los Tay  huisi, pintores de códices, que se ocupaban exclusivamente de la historia de su señorío de origen.
Sin embargo, y luego de una lectura con mayor profundidad me percate que este libro contiene dos  temáticas centrales:
Por un lado la nobleza indígena.  Los caciques y las extensas redes de relación social entre estos y las comunidades indígenas, sus cacicazgos. Eje vertebral y articulador de la historia colonial mixteca y aun de la primera mitad del siglo XIX. Y,  por otro lado: la propiedad de la tierra. Columna vertebral de la historia de las comunidades agrarias mexicanas desde su más remota antigüedad.
Así, el texto queda inscrito en la corriente de investigaciones sociales que se han centrado en la nobleza indígena colonial y en la posesión de la tierra. Ambos temas son de particular importancia para la comprensión de Oaxaca y los pueblos mesoamericanos, pero tienen un énfasis incluso mayor en la Mixteca, pues la documentación histórica del área nos permite revisar y comprender estos fenómenos de gran antigüedad, larga duración y con relevancia actual. Relevancia porque la problemática agraria es pan de todos los días en el campo oaxaqueño.
El mismo autor comprende y analiza esta conflictiva situación  en su introducción, y nos informa que hacia el año 2006 existían más de 600 enfrentamientos entre los pueblos, así que, al menos estadísticamente resulta que no hay un solo municipio oaxaqueño que no tenga conflictos por la tierra. Seria pecar de ingenuos el creer que 5 años después la situación ha tenido alguna mejoría.
            Así entonces, con estos ejes articuladores internos, el libro se enfoca a dar seguimiento puntual de las conflictivas relaciones agrarias entre dos pueblos mixtecos. Tema del cual  huimos muchos investigadores  pues no hemos terminado de comprender que esta problemática ocasiona y explica además, el dinamismo histórico en los pueblos del estado.
            Este libro, hay que precisar, es parte de una investigación mayor, el texto que le antecede; “Mercedes reales y posesiones. Cacicazgo de Tecomaxtlahuaca 1598-1748” analiza a profundidad la primera parte del conflicto y narra los orígenes de la problemática agraria.  Mientras esta segunda parte se ha centrado sobre todo de la segunda mitad del siglo XVIII hasta el presente.
La investigación se inscribe en la corriente de la historia local, pero además, es un libro valiente, comprometido y vivencial. Valiente porque se atreve a analizar fríamente un problema social que caldea los ánimos de los pueblos enfrentados. Comprometido y vivencial porque Josué es originario de la población y ha sido testigo presencial de estos desencuentros entre los pueblos, y actor como presidente municipal enfrento. Es además fuente de primera mano y espectador en primera fila lo que le da enorme valor a su investigación pues comprende  la problemática como pocos podrían hacerlo.
Pero además, el Dr. apuesta a que la ciencia histórica puede dar elementos de explicación para la posterior solución de las conflictivas, no solo para las comunidades estudiadas, sino para todas las comunidades en conflicto agrario del estado y del país. Considera que, el conocimiento histórico, genera mayor comprensión para buscar en este presente las soluciones pacificas a esta larga historia de  incomprensión y muerte.
Incluso, en su introducción dará un abanico de posibles lectores a quien se ha dirigido, y aunque pareciera que se centra en los participantes de la dinámica tratada, yo considero que genera elementos de comprensión de la realidad oaxaqueña para todos los que se acerquen a su lectura.
Y sin embargo creo que, no basta solo la investigación histórica, pues el problema es complejo y  como lo evidencia el caso;  cuando luego de los acuerdos de la última década del siglo XX, otra vez una parte se niegan a reconocer el acuerdo de paz se pregunta uno si no es esta una historia de nunca acabar.
Y quedan preguntas en el aire. Sabemos que la producción que esas miserables tierras no valen la pena  la sangre, dolor y sufrimiento de los habitantes.  ¿Entonces?
-          ¿no será esta conflictiva un mal necesario?. (pausa) En un mundo que se globaliza, los conflictos ancestrales parecieran cohesionar el grupo ante el exterior amenazante.
-          ¿No estamos tal vez ante el enemigo imaginario que cohesiona el grupo? Y porque lo cohesiona, le da identidad, luego entonces; necesario.
-          ¿No será connatural que el conflicto con los otros, fortalece el ser de “nosotros”?

Al final, la problemática tratada me produjo un sentimiento de impotencia y un profundo pesar, e incluso ira.
Pesar porque surgió empatía entre este lector y los hombres y mujeres mixtecos. Sobre todo al ver  el apéndice  fotográfico. Yo  que soy mixteco, al ver esas fotografías parece que estamos viendo nuestro álbum familiar, a nuestros padres, madres, amigos, conocidos, a nuestros niños,  pues no se diferencian los habitantes de otros mixtecos del área y así, al verlos en sus reuniones vecinales, en sus límites y mojoneras, comiendo en grupo, sabemos que son gente buena, trabajadora, honesta, pero que han heredado el conflicto, el agravio y la sangre que de la tierra sigue clamando algunas veces justicia, y otras venganza.
E ira porque sí, hay gente sin escrúpulos que aviva en conflicto, que atiza las llamas y que de manera inmoral promueve el asesinato entre hermanos de la región mixteca, por turbios intereses llámense personales, de grupo, políticos o económicos.  
Considero que comentar un libro es como desnudar el cuerpo amado, ¿En qué punto se pierde el buen gusto y donde comienza la pornografía?.  Entonces dejo aquí estas apreciaciones  e invito al auditorio a conocer el texto de manera personal para formarse un juicio propio y por propio, más valioso. Gracias.

En un contexto de notable cordialidad y fina atención de nuestros asistentes, escuchamos con mayor atención los móviles del autor para investigar, escribir y difundir un tema tan escabroso, por lo que hay que rescate que fue incluso una investigación peligrosa y rodeada de amenazas. Por lo que el libro es doblemente valioso por su compromiso con la verdad y con su pueblo.
Terminada nuestra actividad a eso de las 6:20, se procedió a la entrega de un libro a un asistente a la presentación, a los participantes en la mesa del reconocimiento oficial así como del más reciente libro compilatorio de las ponencias académicas que se presentaron hace un año en el mismo espacio y que hoy, gracias al notable trabajo editorial de la UTM, ya se encuentran accesibles para todo el público interesado.
Carretera Tehuacán-Huajuapan, pueblo de Acatepec, sobre el autobús que me regresa a Tehuacán. 9:20 pm, Lunes 23 de mayo 2011.
RCS