domingo, 1 de junio de 2014

Los Cronistas de Puebla



Los Cronistas de Puebla

Un historiador urbano nunca ha estado solo en sus afanes por conocer a su objeto de estudio, por lo regular ha sido precedido de cronistas. Algunos historiadores se han erigido como jueces de Clío acusando a los cronistas del pecado historiográfico de amar desmesuradamente su ciudad así como su falta de método. Como microhistoriador considero necesario tender una relación de colaboración y reconocimiento del trabajo previo, pues mucha información para el estudio de pueblos y ciudades la debemos a esos cronistas que han rescatado datos que de otra manera se hubiera perdido.
Para este trabajo declaro parte de mi lugar de enunciación: mi origen en la Mixteca Baja que conlleva a que desconozca la historia de la ciudad de Puebla, aun así, asumo el reto de escribir sobre algunos de los Cronistas de Puebla y sus aportes. Las características de Puebla han llamado la atención de nativos y extranjeros, de los cuales solo apuntaremos a algunos por la originalidad de su obra o la abundancia de la misma.
Comenzamos con Fray Juan de Villa Sánchez y su obra Puebla sagrada y profana. Informe dado a su muy ilustre ayuntamiento en el año de 1746. El texto, como indica su nombre, corresponde a la tradición de dar informes a la Corona sobre las provincias que integraban el imperio, por ello ordena capítulos que van respondiendo a preguntas oficiales. Como no tenía el objetivo de ser publicado, se guardó entre la papelería del Ayuntamiento hasta 1835 en que fue editado.[1]
Hacia 1780, de un ingenio más poderoso se escribía Historia de la Fundación de la ciudad de Puebla de los Ángeles en la Nueva España, su descripción y presente estado de don Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, de noble y aristocrático linaje. Con un interés más global e integrador nos presenta un escrito con firmes intenciones de dar a conocer la historia de su ciudad, donde destaca la gran veracidad y riqueza documental con la que la construyo[2]. Escrita a finales de su vida, permanece inédita por muchos años más.
Es una verdadera pena que obras de tanta valía no salieran al conocimiento del público en su momento pues hubieran cambiado la historiografía posterior para su mejora. Aunque quizá, precisamente, el desconocimiento de estas obras siguieron motivando a otros para escribir sobre una de las ciudades más importantes del país.
Muy avanzado el siglo XIX, el Coronel Antonio Carrion nos aporto a la historiografía urbana Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles en el año de 1897.[3] En 2 tomos y con el espíritu positivista de la época narra una historia desde los orígenes de los habitantes hasta mediados del siglo XIX, abundando en descripciones de la arquitectura de la urbe. La obra es monumental y meritoria, aunque por supuesto carece de elementos metodológicos que hoy exigiríamos para considerarla completa.[4]
Posterior al gran evento histórico que marcó la historiografía mexicana: la Revolución,  vemos aparecer la obra Las Calles de Puebla de  Hugo Leich.[5] Curioso momento de nacionalismo exorbitante, en que la ciudad reconocer el aporte y visión de un hombre de letras como el alemán, así su texto se publica bien pronto, 1934. Otro aporte generoso de un genio superior, al igual que Veytia.
El siglo XX es el más abundante en cronistas de la ciudad, pues ya desde los años veinte el abogado Francisco Pérez Salazar y de Haro escribe sobre aspectos varios de la historia poblana, como son: Fundación de la Ciudad de Puebla (1928) y El Grabado en la Ciudad de Puebla de los Ángeles (1933) entre otras.[6]  En tanto que el profesor Enrique Cordero y Torres con Crónicas de mi Ciudad (1955), Historia compendiada del Estado de Puebla[7], e Historia del Río San Francisco, embobedamiento y Boulevar Héroes 5 de Mayo, entre otros textos, están mucho más cercanos en tiempo a nosotros.  Sus obras ya responden a intereses actuales de los historiadores aunque su construcción metodológica siga siendo deficiente. Cabria preguntar ¿cuántas de estas obras convirtieron adolescentes en Historiadores de profesión?.[8]
Por último queremos mencionar al Profesor Pedro Ángel Palou quien entre sus obras contamos con Puebla: historia de su fundación, Momento luminoso y estelar del 5 de mayo  y la intervención, entre otros varios, quien actualmente preside el Consejo de la Crónica del Estado de Puebla, organismo que agrupa a los cronistas de los municipios de todo el Estado.[9]  
¿Acabara algún día la tradición de la Crónica urbana y pueblerina?, considero que no, pues siempre habrá un amante de sus raíces que correrá el riesgo de ser atacado por el “Cartel” de los Historiadores celosos de sus plazas y las prebendas que les aportan.



[1] Garzón Balbuena Elisa, Fray Juan de Villa Sánchez, localizado en:  http://www.adabi.org.mx/content/servicios/archivistica/articulos/eclesiasticaresena/ayuntamiento.jsfx
[3] Carrion Antonio, Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles, México, 1897, Tomo I, localizado en: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080013367_C/1080013367_T1/1080013367_MA.PDF
[4]  Carrion Antonio, Historia de la ciudad de Puebla de los Ángeles, México, 1897, Tomo II, localizado en: http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/libro.htm?l=2695
[5] Echeverria Óclesis, Francisco, Hugo Leich, por las calles de puebla, localizado en: http://ocleticos.blogspot.mx/2011/01/hugo-leicht-por-las-calles-de-puebla.html
[6] Vázquez, Josefina Zoraida, Francisco Pérez Salazar, localizado en: http://www.acadmexhistoria.org.mx/pdfs/members_previous/res_fco_perez_de_salazar.pdf
[8] Obras completas, localizadas en: http://www.ipecyt.com.mx/Enrique.html