La familia de caciques de Velasco en Tianguistengo durante el siglo XVIII
La historia de la posesión de la tierra en Tianguistengo es muy extensa y no es esta la ponencia en que se quiere profundizar sobre ella. Solo quiero hacer algunas acotaciones de los Caciques del llamado Cacicazgo de Tianguistengo en el siglo XVIII. Un linaje muy extenso que se remonta desde inicios del siglo XVII con don Juan de Velasco quien pidió un sitio de ganado menor en términos de Tescalocholo- pa (1), hasta la vendedora de las tierras hacia los años 40´s del siglo XIX: Doña María de la Concepción de Zúñiga y Velasco, y cuyos descendientes continúen hoy, viviendo en la región.
Los Zuñiga y Velasco de Tianguistengo han sido una de las genealogías más difíciles de reconstruir, por poseer un apellido muy común entre caciques y principales de la zona, sin por ello estar necesariamente emparentados entre todos. Sus registros sacramentales, principal fuente de reconstrucción de su historia familiar, están distribuidos entre las parroquias de Tequixtepec y Chazumba en la primera mitad del siglo XVIII, luego en Santa María Totoltepec, San Jerónimo Xayacatlán y otras parroquias de esa zona. Desafortunadamente, también contamos con pocas fuentes sobre este cacicazgo, y no todas informan sobre el periodo que se desarrolla en esta investigación.
A fines del siglo XVII era titular del cacicazgo Don Juan de Zúñiga y Velasco, quien por su padre descendía de caciques de la región de Coixtlahuaca, mientras que por su madre de los caciques de Tianguistengo. En su testamento afirmaba que se había casado con Doña Pascuala Agustina Velasco, hija de los caciques de Miltepec Don Nicolás de Velasco y Doña Agustina de Velasco(2).
Juntos procrearon 12 hijos de los cuales solo sobrevivían dos al momento de escribir su testamento: Don Nicolás de Velasco y Zúñiga de 29 años y Don Domingo de Velasco y Zúñiga de 27 años. No menciona, y quizá en ese momento ya había muerto Doña María de los Santos de Velasco, una de sus hijas y de cuya existencia nos informan los registros parroquiales de la época, pues se había casado con un cacique Villagómez de Miltepec y había procreando familia. Esto era muy común dentro de la demografía antigua. La procreación de numerosos descendientes, sin embargo, no todos llegaban a la vida adulta como podemos ver en este caso.
El dicho testamento de don Juan de Zúñiga y Velasco debe ser de la primera década del siglo XVIII, dejo a ambos hijos el cacicazgo de Tianguistengo, y no queda claro el destino de sus otras propiedades vinculadas en la Mixteca Alta: el cacicazgo de Santo Domingo Chiyonani y un barrio de Coixtlahuaca. Además de su notable valor, no hay más documentos que nos hablen a profundidad de este cacicazgo, y con relación a su familia tenemos que es muy confusa la primera parte del siglo XVIII. Sabemos que no podemos reconstruir con total certeza a los hijos de don Juan de Zúñiga y Velasco, a Nicolás, Domingo y María de los Santos, agregamos a Félix, nacido hacia 1665.
Su hijo Nicolás de Velasco se casa con Doña Rosa de Santiago registrando a sus hijos en la parroquia de Tequixtepec a Petrona en 1702, en 1703 a Bernardino, a Jorge como hijo de la Iglesia el mismo año, a Josefa en 1707 y Pedro en 1708, así como a Paula María en 1720. Pudiendo ser muchos más que se nos han escapado en los registros sacramentales. Como era costumbre entre los caciques, buscaron para sus hijos padrinos prestigiosos entre otros cacique, pero además su elección de don Marcos de Mendoza y Doña Brígida Bautista para 4 de ellos nos habla de una relación de amistad profunda.
Este Bernardino es muy probable que sea el mismo Bernardo de Velasco que se casó con Doña María de Mendoza. No localizamos su descendencia por lo que es probable que o haya sido muy corta o bien no estuvieran residiendo en la zona, recordemos que también tenían cacicazgos en la Mixteca Alta. Aquí en la Doctrine su hijo Nicolás de Velasco de Mendoza (1734/--) se casó el 13 de febrero de 1756 con María de la Encarnación Cortés Enríquez (1738/--) hija de Don Domingo Cortes y Doña Manuela Enríquez, caciques de Santa María Cimarronas. Porque entonces los caciques optaban por casarse con cacicas.
Mientras que en el registro sacramental no especifica que el contrayente fuera de Tianguistengo, podría ser que tuvieran residencia regular en la cabecera parroquial de San Pedro y San Pablo Tequixtepec, residencia de varias familias de caciques y principales de la región. Su prestigio queda confirmado por la formula recurrente de aplicar el Don y el Doña a padres y contrayentes, así como que sus testigos fueron el español Don Francisco de Mafra y Don Vicente Guerrero(3).
En este registro matrimonial ya se registra como difunto a Bernardo de Velasco. Propongo que este individuo sea el mismo Bernardino por tres razones: el parecido en el nombre, así como la cronología; si fue bautizado en 1703 y en 1725 lleva a su hijo José a la pila bautismal en Tequixtepec, bien pudo procrear a Nicolás hacia 1734. Por último, la sucesión de la titularidad de ese cacicazgo debió ocurrir con claridad a un sucesor reconocido y aceptado por la familia, de no haber sido así hubiera ocurrido un pleito legal entre parientes para obtener la titularidad del cacicazgo, como era recurrente en la Mixteca, dicho expediente no existe. Lo anterior me lleva a pensar que es posible entroncar a estos caciques ubicados en la Cabecera de Tequixtepec con la familia de caciques de Tianguistengo.
La pareja de don Nicolás y doña María Encarnación no eran considerados originarios de Tequixtepec, pero si vecinos, como registro el párroco cuando en abril de 1756 presentaron a la pila bautismal a su hijo Bernardo de Velasco Cortés, registrado como indio cacique y cuya madrina fue Doña María Gil vecina de la misma cabecera(4). Luego no se registran más sacramentos en esta parroquia, quizá se trasladaron a Santo Domingo Tianguistengo.
Esta pareja vuelve a aparecer, ya viviendo en Tianguistengo, donde los sacramentos los recibieron en la parroquia de Totoltepec, por ejemplo, fueron padrinos de niños indios de Tianguistengo en febrero de 1773, y doña María de la Encarnación y su huérfano Juan Cortes (Hijo quizá de un primer matrimonio) son padrinos en septiembre de 1775, en septiembre de 1778 y en octubre de 1780 de una india de la Hacienda de Arrasquito. Aunque no tenemos suficientes registros, vemos como los caciques de Tianguistengo eran padrinos recurrentes, cuando ocurría con uno de sus iguales en prestigio: caciques o españoles, se fortalecían lazos de amistad y cooperación entre grupos de poder, en tanto que cuando era con indios o castas de inferior categoría se establecían lazos clientelares.
En febrero de 1780 fue bautizada Juliana Guadalupe Velasco de Cortés en la iglesia de Totoltepec y sus padrinos fueron Don Francisco Velasco y Doña Clara Sebastiana Esquivel, caciques de Tepexillo. Luego, sin poder ubicar el año de su nacimiento o muerte, aparece como madrina recurrente María Gertrudis de Velasco de Cortés. Don Nicolás debió morir entre 1797, última vez que se le apunta como padrino, y 1802, cuando su hija María Gertrudis y su viuda amadrinan declaran que ya era difunto.
No son los únicos caciques registrados en el siglo XVIII, otros caciques de Velasco aparecen mencionados viviendo dentro del cacicazgo. Seguramente entroncados a la familia titular y que escapan de los registros sacramentales por lo que se vuelve muy complejo ubicarlos en la genealogía construida. Todos ellos formaban un núcleo de poder, los caciques y principales dentro de este pequeño cacicazgo.
1 AGN, Mercedes, Año 1617, Vol. 31, exp. 300
2 Méndez Martínez Enrique, p. 383-384.
3 Familysearch, San Pedro y San Pablo Tequixtepec, Matrimonios de indios 1755-1776, imágenes 17 y 18.
4 Familysearch, San Pedro y San Pablo Tequixtepec, Bautismos , imagen 31