Redes económicas de la Iglesia colonial
poblana en la Mixteca
En la
conformación histórica de un territorio regional tenemos propuestas que van de
la importancia del elemento militar al del aspecto económico. Sin negar estas
propuestas, antes bien, enriqueciéndolas, el Dr. Francisco Javier Cervantes
refiere a la importancia de la articulación de Parroquias y Obispados en la
conformación de regional. Con particular énfasis en las relaciones económicas
que se presentan entre las instituciones eclesiásticas y la sociedad.
Así, con la información
proporcionada por los anexos del texto “La iglesia en la conformación del
territorio. Reflexiones sobre el caso del obispado de Puebla, siglos XVI-XIX”[1]
y otras fuentes, pretendo apuntar cómo la sociedad de la zona territorial hoy
conocida como Mixteca, limítrofe entre los actuales estados de Puebla y Oaxaca,
formaba parte de las redes económicas del Obispado de Puebla.
Dentro del extenso Obispado de Puebla en la época colonial, consideramos
la Mixteca como una región conformada por los pueblos que se ubican más al sur
del Valle de Zapotitlán Salinas, parte más sureña de Tepexi, Acatlán de Osorio
e Izúcar.[2]
Queremos saber los intereses económicos en el área de las instituciones
eclesiásticas tanto seculares como regulares, así también el cómo los mismos habitantes
están articulados efectivamente a la capital diocesana.
Referente a la importancia capital de la cabecera diocesana, es revelador
el siguiente párrafo:
No se
puede explicar la majestuosidad de la catedral sin tener en cuenta que los
diezmos provenían de todo el obispado. Asimismo, todo productor agrícola de la
amplia diócesis que considerara tener una hija religiosa debía primero pensar
en recurrir a un monasterio de la Angelopolis y con ello el valor de las dotes
se fue acumulando en la ciudad.[3]
La Mixteca no está exenta de estas relaciones. En los cuadros
estadísticos de Cervantes Bello podemos ver que en los censos de 1613 a 1617
diferentes actores llegaban a contratos con la Iglesia para percibir rentas,
entre otras figuras jurídicas.
Así, por ejemplo, Pedro Cortés Espina pide un préstamo de 10,000 pesos,
dejando en hipoteca dos haciendas, una de ellas en la Mixteca baja con 18,000
ovejas. La relación de las instituciones eclesiásticas con la Mixteca para
agostadero de ganado continua en el siglo XVIII, los jesuitas compraron 4 sitios
de ganado mayor al cacique de Tepexi de la Seda en 1661, y posteriormente
continuaran comprando o arrendando tierra a los caciques de la región.[4]
Mientras que el convento de Santo Domingo por venta tiene censo de una
hacienda en Izúcar de Bartolomé Castilla. Los acreedores notables se podían
respaldar con haciendas, ranchos e ingenios en la Mixteca. Mientras que las
transacciones de casas en Tehuacán era de 11 contratos con valor de 20,020.[5]
Para mostrar el punto de la
importancia económica de la Mixteca en las instituciones eclesiásticas, tenemos
el caso de la Hacienda San Jerónimo que engordaba ganado mayor y menor de los
jesuitas mediante la figura de arrendamiento de los cerros de la Mixteca. Por
lo que la región de la Mixteca contribuyo al engrandecimiento y manutención de
los grandes colegio jesuitas de Puebla.
Vamos más allá de las relaciones de arriendo de pastos, la relación con
la iglesia también es artística. En el lejano municipio de Santiago Chazumba
Oaxaca, la iglesia está llena de elementos que comprueban su estrecha relación
con la Angelopolis. Una soberbia custodia de plata sobredorada y otros
elementos de manufactura poblana[6] comprueban que las iglesias en la Mixteca
requirieron manufactura poblana. Los objetos de culto provenían de la capital
diocesana, por lo que hay que imaginar los muchos y buenos caudales económicos
que fluían de la región para abastecer al culto religioso de sus iglesias.[7]
En economía y culto no terminan las relaciones mixtecas con Puebla, también las elites de la zona se educan en la
capital. Juan Rodríguez Sedillo de Huajuapan entra al Colegio Real de San Pedro
y San Juan en 1645, mientras que José de Olea, Francisco de Olea, Juan de la
Parra y Diego Cortazar de Silacayoapan reciben las ordenes eclesiásticas en la
Angelopolis,[8]
cabe pensar en situaciones semejantes para los conventos femeninos.
Por lo anterior podemos concluir que la vasta región del Obispado de
Puebla estuvo articulada económicamente y donde incluso zonas tan lejanas como
la Mixteca tenían relaciones estrechas con la capital. Desde intereses
económicos de la Iglesia como de las elites regionales, como de influencia
artística, cultural y educativa.
[1] Cervantes Bello, Francisco Javier, “La iglesia en la
conformación del territorio. Reflexiones sobre el caso del obispado de Puebla,
siglos XVI-XIX” en: Puebla: Territorio y globalización.
Variaciones sobre un problema, ICSyH “Alfonso Vélez Pliego”-BUAP, Puebla,
México, 2009, págs. 19-79.
[2] Mapa ubicado en páginas 24 y 25 de Cervantes Bello,
Francisco Javier, “La iglesia en…,
[4] Cruz Pazos, Patricia, Del arrendamiento al despojo de
tierras: los caciques Cruz y la hacienda de San Jerónimo (Tepexide la Seda,
Puebla-México, 1728-1805), en Memoria
Americana, enero-diciembre 2007 http://www.scielo.org.ar/scielo.php?pid=S1851-37512007000100002&script=sci_arttext
[5] Cervantes Bello, Op.
Cit.
[6] De Leo Martínez José Andrés y Fernando Vargas Cruz, “Nuestro Padre Jesús Nazareno. El retrato de
una escultura para la renovada devoción en Santiago Chazumba, Oaxaca”, en Encrucijada. Revista Digital del Seminario
de Escultura. Núm. 2, diciembre 2009, Instituto de Investigaciones de
Estéticas-UNAM, México. Localizado en http://www.esteticas.unam.mx/encrucijada/revista_02.pdf
[7] Pérez Morera, Jesús, “Formas y expresiones de la
platería barroca poblana. Repertorio decorativo, técnicas y tipología” en: Anales del Instituto de Investigaciones
Estéticas, Vol. XXXIV, Núm. 100, 2012, págs. 119-170. Localizado en: http://www.analesiie.unam.mx/pdf/100_119-170.pdf
[8] De la Torre Villar, Ernesto, “Seminario Palafoxiano de
Puebla. Nóminas de maestros y alumnos (1651 y 1770)”, AHIg 15, 2006, págs.
237-258. Localizado en:
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